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martes, 3 de mayo de 2016

EL ANCIANO DE RIESGO


EL ANCIANO DE RIESGO

Se llama así a la persona mayor que por su situación personal (enfermedades, problemas sociales o disminución en su capacidad funcional) tiene más posibilidades de perder su autonomía.
El anciano de riesgo es una persona «frágil» a la que una nueva enfermedad, una caída o un problema emocional pueden hacer que no pueda valerse por sí misma y precise los cuidados de otros.
El anciano en esta situación debe seguir un plan de cuidados adaptado a los riesgos de su edad, sus problemas de salud y su capacidad física y mental.

¿Qué puede hacer?
Evite la soledad y el aislamiento. Si es posible, conviva con sus familiares y déjese acompañar. Si se siente solo,
pida ayuda.
Haga una dieta sana y variada. Realice 5 comidas al día.
Consuma preferiblemente alimentos frescos (frutas y verduras), lácteos (queso, leche y yogures) y fibra
(legumbres, cereales). No abuse de las carnes y las grasas.
No fume y no beba más de 1 o 2 vasos de vino al día (si su médico no se lo desaconseja).
Realice ejercicio físico de forma regular. Adáptelo a sus condiciones para evitar riesgos. Pasee todos los días si es posible.
Evite el exceso de peso.
Mantenga la actividad mental. Si se siente capaz, puede ser útil escribir, leer, hablar con personas cercanas, hacer cuentas, etc.
Diviértase e intente hacer lo que le guste, le entretenga y le mantenga en activo.
Siga unos hábitos higiénicos adecuados: dúchese o báñese regularmente, lávese los dientes y mantenga en
buen estado su dentadura postiza. Lávese las manos e hidrate la piel.
Evite las caídas y convierta su hogar en un lugar seguro.
Evite los suelos resbaladizos y retire las alfombras y objetos innecesarios. Camine con bastón si le da
seguridad. Utilice calzado cómodo y con suela de goma.
Ilumine bien su casa.
Revise su cuarto de baño, ponga barras en la bañera.
Si está en la cama y necesita ir al baño, no se ponga en pie demasiado rápido. Permanezca sentado unos minutos al borde de la cama y así evitará los mareos.
Revise la vista y la audición con la frecuencia que le indique su médico.
No tome medicamentos por su cuenta y tome sólo los recetados por su médico. Si tiene problemas o no sabe
cómo se deben tomar, déjese ayudar por alguna persona cercana.
Consulte con el trabajador social del centro si necesita algún tipo de ayuda a domicilio
. También le puede informar sobre la posibilidad de estancias en centros de día o un dispositivo de
alarma en caso de urgencia.
¿Cuándo consultar a su médico de familia?
Para informarse de sus problemas de salud, los tratamientos, sus riesgos y cómo prevenirlos.
Si tiene dudas. Su médico de familia o su enfermera le informarán, también le indicarán cuándo debe ir a
revisión.
Si empeora o nota algún síntoma nuevo.
Si sufre alguna caída en su hogar.


Cuidados en el anciano encamado

Un paciente encamado es aquel que no se puede mover completamente por sí mismo y permanece la mayor parte del tiempo en la cama. Esta situación puede deberse a muchas causas de diferente gravedad.
La colaboración de la familia es esencial, aunque en ocasiones puede no ser suficiente y precisar de ayuda externa.
Tiene especial importancia la prevención de las úlceras por presión o «llagas». Son habituales en pacientes encamados
Aparecen en zonas de la piel sometidas a una presión, sobre todo en los talones, sacro, tobillos y cadera.
¿Qué podemos hacer?
Ayúdele a sentirse una persona útil. Estimúlele para que haga cuanto pueda por sí mismo (aseo, comida, etc.).
Si puede sentarse, es conveniente que lo haga al menos 2 horas por la mañana y 2 por la tarde. Anímele a
moverse en la cama utilizando barandillas o asas. Si nopuede sentarse, es aconsejable moverle los brazos y
piernas.
Mantenga la piel limpia, seca e hidratada. Lávele con agua tibia y jabón neutro, aclare minuciosamente y séquele sin frotar. Una vez por semana es aconsejable un baño completo. Proteja la piel de la zona del pañal con pomadas con óxido de cinc. No utilice polvos de talco.
Mantenga la boca limpia. Utilice pasta de dientes o soluciones de agua oxigenada y agua a partes iguales.
Use crema de cacao para los labios.
Mantenga la habitación bien ventilada, con buena luz y una temperatura moderada.
La cama conviene que sea alta, dura y ancha, y la ropa de cama, limpia, seca y sin arrugas. No utilice plásticos para proteger el colchón.
Valore con su médico la necesidad de utilizar un colchón de aire o una cama articulada.
Procure un ambiente de normalidad. Un trato cordial le tranquilizará. A veces sienten miedo y angustia. Conviene que disponga al lado de la cama de un sistema fácil de llamada a la familia (campanilla, timbre, etc.).
Procure que las comidas sean atractivas, equilibradas y ligeras. Si tiene problemas de masticación déselas en forma de purés o papillas. Un buen aporte de líquidos, preferentemente de día, frutas, legumbres, verduras y cereales ayudan a combatir el estreñimiento.
Cámbiele de postura cada 2 o 3 horas. Una vez al día mire si las zonas donde se apoya (talones, sacro, tobillos y cadera) están enrojecidas, si es así realice cambios posturales más frecuentes. Consulte con su enfermera la forma de disponer cojines según la posición del cuerpo para disminuir la presión.
¿Cuándo consultar a su médico de familia?
En caso de agitación, desorientación y confusión o si tiene un comportamiento raro.
Si tiene fiebre.
Si presenta rigidez en las articulaciones.
Si le nota fatigado.
Si tiene la piel enrojecida o piensa que le va a aparecer una «llaga».
Si tiene dudas, está usted cansado o piensa que no puede atenderle como le gustaría..


Actividades preventivas en los mayores. Prevención de caídas

El modo en que usted elige vivir es importante para su salud. Algunas indicaciones pueden ayudarle a mantenerse saludable, a evitar enfermedades o a que éstas sean menos graves.
El objetivo es aumentar los años de vida activa, con calidad y autonomía.
En las personas mayores las caídas son frecuentes y a veces graves. Muchas caídas podrían evitarse con sólo cambiar algunos aspectos de su vida diaria.
¿Qué puede hacer?
No fume.
Si toma bebidas con alcohol, beba con moderación.
Una alimentación correcta mejora su salud. Siga una dieta equilibrada, variada y que le siente bien. Las
frutas, verduras, cereales y legumbres son alimentos muy sanos.
Beba 1,5 l de agua al día.
La actividad física es buena a cualquier edad. Haga ejercicio durante 30-45 minutos al menos 3-4 veces a la
semana. Los más adecuados son caminar, nadar, bailar o ir en bicicleta. Evite fatigarse en exceso o la ensación de falta de aire cuando practique algún ejercicio.
Vacúnese. Las vacunas son beneficiosas para evitar enfermedades. Es aconsejable vacunarse cada año frente
a la gripe, una vez en la vida frente al neumococo y cada 10 años contra el tétanos y la difteria.
No se automedique. Los medicamentos son útiles, pero a veces pueden ocasionar problemas. Tome sólo los
medicamentos recetados por su médico.
Si usted es mujer y hace muchos años que no va al ginecólogo, debería hacerse al menos una revisión.

PREVENCIÓN DE LAS CAÍDAS:

Mejore su estado físico. Recuerde hacer ejercicio.
Evite en lo posible el uso de fármacos para dormir o tranquilizantes.
Use el bastón o el andador si tiene problemas para caminar.
Cuide bien sus pies. Use calzado con tacón bajo y suela de goma que no resbale. Evite las zapatillas abiertas por el talón.
Haga más seguro su hogar:
– Ilumine bien su casa, especialmente pasillos y escaleras.
– Retire de los pasillos los cables, muebles, adornos, etc. que dificulten el paso.
– Evite los suelos resbaladizos. Quite las alfombras o péguelas bien al suelo.
– Instale barras de apoyo en el váter, baño o ducha. Ponga una alfombrilla antideslizante en el baño.
– En la cocina, todo debería estar al alcance; evite tener que subirse a sillas o taburetes.
– Al subir y bajar escaleras utilice siempre el pasamanos.
No se levante de la cama bruscamente: permanezca sentado unos minutos antes de ponerse en pie.
No se suba a escaleras de mano o a escalones o muebles.
¿Cuándo consultar a su médico de familia?
Si en alguna ocasión se ha caído.
Para controlar periódicamente sus enfermedades crónicas (hipertensión arterial, diabetes,
etc.).
Si tiene dificultades para dejar de fumar.
Para valorar el tipo de ejercicio que más le conviene.
Para repasar juntos los medicamentos que toma.
Para comprobar si usted oye o ve con dificultad.
Para consultar sus dudas.